El hombre inventa la escritura para no olvidar; es un recurso mnemónico. La mnemotecnia es el arte de aumentar el poder de la memoria. La memoria histórica de la que carecemos, convierte en ganadores siempre a los mismos. Y en reaccionarios stalinistas a los que están empeñados que la pequeña biografía de uno (sin ir más lejos yo) se vea empañada por sus sistemáticas y frívolas opiniones sobre los hechos que acaecieron y de los que fui protagonista. No dan la cara jamás, pero intoxican. Poco porque en su ámbito abarcan poco. A pesar suyo sigo haciendo historia. Reto: cuando quieran la discutimos. Coletilla: en esta sociedad vigilada, como nunca, por el Estado, existe un prototipo de agente que recoge los vicios del burgués y desde posturas pseudo comunistas (léase Comité Central) depura al otro, al diferente. Para defenderme de ellos reclamo el derecho a la paranoia como eficaz método de autodefensa. Y la palabra como bala vengadora. La clase obrera debería montar el arma, aunque no montan ni la marimorena.
Memoria: ¡Ah pequeña caja de caudales, donde se celebra un eterno baile de neuronas, con la consiguiente experiencia neurótica. El año 2010 fue un año redondo para recordar todo tipo de efemérides, eventos, situaciones: 8 de Diciembre de 1980, 30 años del asesinato de John Lennon; 35 años de la muerte del asesino Franco en la cama incómoda de un hospital, pero en la cama. 40 años de la muerte del escritor Jokio Mishima, que se hace el “hara-kiri”. De la desgarrada voz de Janis Joplin (la mejor) y de la desgarrada guitarra de Jimmy Hendrix (el mejor). 45 años del asesinato de Malcolm X, situado políticamente a la izquierda de Martin Luther King. 50 años de la muerte en accidente de coche del magnifico, entrañable, Albert Camus. 60 años del suicidio del poeta piamontés Cesar Pavese: “Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más”; pero nos dejó estos versos: Aún combatiremos,/ combatiremos siempre,/ pues buscamos el sueño/ flanqueados por la muerte,/ y tenemos voz ronca,/ frente baja y salvaje/ y un idéntico cielo. 70 años del asesinato de León Trosky por los mismos elementos citados al principio, en este caso miembros del P.C.U.S. y del K.G.B., contando con la estrecha colaboración, en su ejecución, del P.C.E. encarnado en la cabeza pensante de Dolores Ibarruri alias “La pasionaria”, que puso toda su pasión (recomendó para el “trabajito” a su amiga María Mercader y esta puso en el asador estalinista la carne de su propio hijo Ramón) en el asesinato del Ex jefe del Ejército Rojo, el cual se resistía a morir, a pesar de que el extraordinario pintor-muralista David Alfaro Siqueiros ametrallara su casa en Coyoacán (México). 110 años de la muerte de Oscar Wilde, empachado de la apestosa moral burguesa y afectado de una boba otitis que deviene en meningitis: 30 de Noviembre de 1900. 135 del nacimiento de Rilke: Praga 4 de Diciembre de 1875, poeta: “ El que yo hiciera ruido no sería en ti más perceptible / si tú no me sintieras porque soy “. 410 años del nacimiento de Calderón de la Barca, que dijo que la vida es sueño, y cuatro siglos después aún estamos de acuerdo con esta delirante ensoñación: realidad y sueño mezclados en una historia perfecta de encuentros y desencuentros, donde se disuelve el hombre. Este hombre que confía en él (¿o no?) y en el modo de organizar su vida: sólo 1300 personas se suicidan al día en todo el mundo. Prefieren volar a una nube.
Hablando de nubes, nunca me ha parecido bien que las hojas de los árboles terminen cayendo al suelo para que la gente las pise. Deberían saltarse la ley (para eso están las leyes) de la gravedad y “caer” hacia arriba, que el cielo las engulla, en un efecto similar al de la evaporación, para que más tarde caiga del cielo una dulce lluvia de clorofila que nos pinte de verde y que abone el paisaje. Lluvia verde.
La lluvia. Una fina corriente de agua que se desliza por una roca se convierte un poco más abajo en río Amazonas y ante la contemplación de esta maravilla puedes llegar a descubrir que las lágrimas que derramas van siempre a parar a la mar. Pero si te sientas sobre la roca y contemplas como se desliza la fina corriente de agua, si fijas la mirada en ella entrecerrando los ojos, al cabo de unos instantes, en la estrecha abertura de tu pupila, primero aparecerá una perla de cristal y luego veras el fondo del mar. Es en ese instante único en el que una delgadísima lágrima se desliza por tus mejillas, cae sobre el agua y se incorpora a la corriente, cuando se completa el misterio de la felicidad que va a acompañarte el resto de tu vida.
La memoria del hombre ardiendo en la ciudad de arena, que tiembla feliz, pisoteada sus calles por primera vez en muchos años, por los pies de gente que la quiere transformar.