40514

Me llamó la atención que la página par llevara el número (digamos) 40514 y la impar, la siguiente, 999. La volví; el dorso estaba numerado con ocho cifras. Llevaba una pequeña ilustración, como es de uso en los diccionarios: un ancla dibujada a la pluma, como por la torpe mano de un niño.
Fue entonces que el desconocido me dijo:
-Mírela bien. Ya no la verá nunca más.
Me fijé en el lugar y cerré el volumen. Inmediatamente lo abrí. En vano busqué la figura del ancla, hoja tras hoja.

(El libro de arena. Jorge Luis Borges)

domingo, 6 de marzo de 2011

Metafísica información

     Mujer y hombre. Sí pero no. Pero la pregunta es, ¿me viene grande o pequeño. Me sobra o me falta. Me vacía o me llena?. La verdad no lo sé. Puede que esté satisfecha, pero también descontento o decepcionada. Sí pero no. Hay una insuficiencia en todo. Un todo no completo. Casi todo es universo pero a la vez universal. Continente y contenido. Dentro y fuera. Mujer y hombre. Entrar para salir. Dormir para despertar. Correr por grandes avenidas para detenerse en una esquina. Liliputiense o gigante. Descomunales o minúsculos. Se encogen y se estiran como la vida. Te llega o te falta la vida. Es un sin vivir. La ciudad de arena.

      La espada y la pared crearon el miedo. Fue sometido el hombre pobre a su receta máxima de obligaciones para que este pensara que el dolor de la punta de la daga y el duro muro a sus espaldas, le obligaba a gritar a estremecerse. A no poder huir. Negros y largos callejones de la ciudad.

Mas nos informan. Sus noticias del miedo. Nos dicen, nos hacen saber para que el miedo nos sea familiar. Miedo: ¿qué hará el otro mientras yo soy investigado? Nos tienen al día:
Llueve en el desierto del Sahara.
Se deshielan los polos y Groenlandia. Épica del Real Madrid.
En Noviembre de 2005 (datos publicados por el diario “El País”) 61.265 personas estaban en las cárceles de España. Coste anual: 973.639.609 €. Los delincuentes, los asesinos, nos cuestan dinero. Defendemos la propiedad privada. Y mi amigo Félix dice que nosotros también somos fundamentalistas (es fundamental) si no a ver por qué estamos dispuestos a matar para defender la propiedad privada. La propiedad privada patrimonio de todos. Pequeños trocitos de patria. El nacionalismo. El nacionalismo bueno es aquél en el que todos los ciudadanos defienden sus casas de la invasión de la patria.

      La poesía. Fuimos jóvenes en los años setenta, amando lastimosamente, con un poco de moho entre los dientes, oliendo perfumes que siempre traían incluido el olvido. Tan sólo la música, tan sólo ella mereció nuestros besos. Había lluvia y siempre éramos presos de un agua demasiado antigua, una persistente humedad. Qué frío hizo siempre en nuestras almas. Gozosos de no haber sido casi nada, nos fuimos dejando la piel en algunos versos.
      ¿Cómo era la ciudad de arena hace treinta años? Esclava de la ciudad dormitorio y reina de la más salvaje especulación, dónde los capitalistas iban construyendo la ciudad de los monopolios, dejando hoy a la vista una ciudad con forma de aparcamiento planetario hasta límites tan impertinentes, que esta ciudad parece un coche. La ciudad de arena cuando llega la noche se vuelve un coche aparcado que tiene millones de coches dentro de sí.
Nos hacían casas de ladrillo y arena y se enriquecían. La riqueza en manos de los menos. De los inconscientes. No se reparte la riqueza. Si reparten la riqueza, ellos serían como nosotros, y nosotros al ser como ellos ¿seríamos distintos?

Nos informan. Nos comunicamos. En la ciudad de arena ella pone este anuncio en el periódico:
“Busco arqueólogo para descifrar una medalla con 49 números sobre la ubicación de Venus. Pieza única”. La búsqueda se llena de palabras hermosas.
Y nos siguen informando:
En 2005, un 20% de los españoles no sabía lo que era Internet. Seis años después no lo sabe nadie: nos seguimos buscando.
Se reparten 15.000 palos sonoros para acojonar al contrario en el partido Mallorca-Barcelona.
Las mujeres toman el doble de tranquilizantes que los hombres. Y siguen donando su sangre para que ellos puedan vivir.
Una de cada diez mujeres sufre acoso sexual en el trabajo. Tres de cada diez liga en el puesto de trabajo. Y las seis restantes padecen de una sexualidad extraña tanto en su casa como en el trabajo, como en la calle o garitos de cortejo y alterne. Asida, tomada e instruida para ello, la hembra siempre fue cubierta por sombras, cubierta por una losa de futuros proyectos. Por la noche de humo y niebla de la que se alimenta el alma del hombre.

La ciudad se enciende. La noche está dentro de mí. El pasado. Los doce mejores años de mi vida y mi juventud (20-32) se los comió este paisaje de arena. Eran los años setenta. Recuerdo a mis maestros poetas. A los maestros de la pintura: la abstracción. Y como si la baraja de la abstracción se viniera abajo, castillo de naipes derrumbado por un dios menor y estúpido, Paul Klee, 1940; Rober Delaunay en 1941; Wassili Kandinsky, 1944; Piet Mondrian, 1944: fueron muertos. Se preparaba el mundo para un profundo desbroce. Y me dejaron huérfano. Hoy el arte que se exhibe en las salas, es arte contemporáneo, y se gestiona a través de Arco.

Mientras aquí en la ciudad de arena conviven el tabernario y el prostibulario: uno se va de bares y de putas. Uno deambula sin norte ni fuerzas, su vida derramándose.

Y el periodista termina su información respondiendo a esta pregunta:
¿Lanza rumores la prensa? “No, filtramos maldades”.