40514

Me llamó la atención que la página par llevara el número (digamos) 40514 y la impar, la siguiente, 999. La volví; el dorso estaba numerado con ocho cifras. Llevaba una pequeña ilustración, como es de uso en los diccionarios: un ancla dibujada a la pluma, como por la torpe mano de un niño.
Fue entonces que el desconocido me dijo:
-Mírela bien. Ya no la verá nunca más.
Me fijé en el lugar y cerré el volumen. Inmediatamente lo abrí. En vano busqué la figura del ancla, hoja tras hoja.

(El libro de arena. Jorge Luis Borges)

domingo, 20 de febrero de 2011

Tripa de gato (leer en las entrañas del animal para saber el futuro)


             Hay rumores buenos y rumores malos. Pero los buenos ya no existen. Ahora todos los rumores van pringados de maldad en mayor o menor medida, depende de la cantidad de veneno que musites al oído del que quiere oír. El que quiere oír no sabe la importancia del rumor hasta que tú se lo cuentas. El que quiere oír rumores los oye con la condición de que él también pueda contarlos. El rumor entra en nosotros tal y como salió del otro, pero, y esta es su razón de ser, sale de nuestro cuerpo transformado, y mientras duró ese tránsito dentro de la carne, el rumor se fue formando y deformando, a la par que se iba derramando por intestinos y huesos, o trepaba por las costillas o se quedaba en el cerebro, el rumor ya se había alimentado de lo que realmente somos. El rumor se había empapado de nosotros como una esponja y nos había chupado el veneno preciso para convertirse en una figura igual a la nuestra.


La ciudad de arena se alimenta de rumores. Y en ocasiones de un solo rumor. El rumor entonces gana categoría de verdad. Tanto que aveces la verdad se convierte en rumor. Entonces no hay nada que hacer, salvo prestarle oídos.

Estoy totalmente convencido (me falta poco) de que los males del mundo son provocados, no por los políticos, o por las mafias, o por los malos, es decir por los políticos. Los males del mundo son provocados por los inocentes, por los explotados, por los humildes, por los medio lacios, por los sensibles y por algunos poetas que se dedican a cantar a la luz de la luna sin tener en cuenta a los lobos, que también forman parte del paisaje.
Decir esto puede ser una barbaridad, es más, posiblemente lo sea. Pero nunca me cupo en la cabeza que unas minorías “intelectualmente depauperadas” como la derecha, pudieran con tanto loco maravilloso que habitamos este planeta de arena.

En diciembre (12 de Diciembre de 2007) Gadafi visitó España (Zapatero) y en ese momento, la “Red”, los que pescan, comentaron de manera frívola su visita a España. No tenían sospecha alguna de que hoy, 20 de febrero de 2011, Gadafi, sería el asesino de 150 o 200 personas. Personas de su pueblo, personas de sus no creencias, otras personas distintas a él. Menuda “red” de mierda que no prevee. Que no impide el asesinato.
En 2007, Gadafi vino con un séquito de 30 vírgenes que le protegían y a la “red” le produjo morbo lo de la “vírgenes”. Hoy sabemos que al menos son 300 y que aparte de vírgenes son expertas en defensa personal y en armas de fuego.
¡¡Ah!!, lo que era colorido y folklórico ahora es sangre.

Prosigamos entre las tripas del gato, que el brujo de la tribu despanzurró buscando rumores que nos adelanten el futuro. O la verdad.

             El cambio climático abre el Ártico. Hace un par de años un alcalde socialdemócrata, de la ciudad de Hammerfest (Noruega), con 9.000 habitantes, cerca del Polo Norte, Alf Jakobsen, declara que si esto es el cambio climático, bienvenido sea. Celebra el deshielo ya que así se produce la apertura de nuevos yacimientos de gas y petróleo. Statoil (empresa pública noruega de hidrocarburos) paga al ayuntamiento doce millones de Euros al año y con ese dinero crearan escuelas y residencias para ancianos. El alcalde dice que les gusta el estado del bienestar, es decir, la expansión del capitalismo. Con lo fácil que sería quitar el agua del mar. Coño, todo sería tierra. Que le den a los barcos. “To dios a pinrel”, podría ser el título del  documental.

             Algunas preguntas, que se hace uno, (uno siempre es el principal) de cómo es posible que tengamos el planeta de mierda hasta las orejas, y que llevemos una vida de humo, petróleo y alquitrán, tienen respuesta cuando (aparte de inundar el planeta de coches) uno descubre que es el desconocimiento lo que nos hace ser tan permisivos con los asesinos del paisaje. Cuando uno descubre que hasta en lo más elemental, las mismas personas que nos rodean y piden mejor calidad de aire para respirar, desconocen que la flor del naranjo es el azahar, o que un sinónimo de brasa es, por ejemplo, ascua. Se lo preguntaban a un concursante de esos de la tele, y no lo sabía. La ignorancia. El no saber. El no conocer que la vida se alimenta de vida. Nuestro tiempo. El mismo tiempo que han tardado los poderosos, en acabar con el planeta dándoselo a comer a las minorías bajo regímenes capitalistas. Mientras que descendientes de aymaras y quechuas siguen llamándola Pachamama.
Aquí tenemos a Vicente Verdú, y nos echa una mano: “Sentirse a gusto en el mundo actual nos igualaría a los necios, mientras que declarar nuestro desprecio nos ayuda, por lo menos, a ser dignos.” ) Yo y tú, objetos de lujo. Debate 2005.

             La ficción: en el futuro (año 2.468, por ejemplo, a 500 del famoso mayo, para redondear) la gente de derechas será esa otra casta que imponga (¿referéndum?) seguir viviendo en el planeta Tierra. La gente de izquierda, será aquella que luche (¿piense?) por el abandono de la Tierra en naves espaciales, hacia un planeta nuevo. Alguno de los planetas descubierto dentro del proyecto: Plan Nuevos Planetas (PNP) y en aplicación del programa MEU (Maricón El Último). La futura izquierda, en esta ocasión, lo tiene todo pensado. A nuestra nueva “casa” le pondrán por nombre Tierra Dos, para que la gente no sienta morriña en demasía, y el nuevo planeta será parecido a este, pero seis veces mayor, con tres soles, diez lunas, 18-25 grados, el día durará 72 horas y la noche sólo tres, una sola estación atmosférica a la que llamaran agua-sol, pues lloverá aún con el sol brillando, y jamás sabremos dónde se esconden las nubes que nos mojan. Tela.
             Y para terminar esta información “científica” que parece ficción, pero no, les cuento que un grupo de astrofísicos de EE.UU. (la madre de todas las patrias) está trabajando en un proyecto para cambiar la órbita de La Tierra. Lo están haciendo para que dentro de cien mil millones de años no nos queme El Sol, ya que parece que este sol es un mamón y se convertirá en estrella enana. Están calculando para que les salgan las cuentas y no se produzca un choque en cadena entre el resto de nuestros planetas. Lo de las Torres Gemelas parece que les ha cabreado del todo.

             También recientemente (hace 6-7 años) otro científico, este cabreado por la izquierda y con un fondo lleno de poesía, y al que expulsaron de la investigación de los soles y los planetas, ha descubierto que los caballos para mantener el cerebro frío usan un mecanismo de refrigeración que les permite sudar espuma. Gracias a ese calor de espumas, los jinetes turcos, que cabalgaban con sus botas de piel de cabra llenas de leche “inventaron” el yogur. Esto no es un rumor, por eso nadie le da ni un ápice de credibilidad a esa verdad de yogur. 

             Y las guitarras se hacían con madera de jacaranda de Bahía, o palosanto de Río. Y las cuerdas eran de tripa de gato. Y si tocabas un blues con ella sabías el futuro.

Y la ciudad de arena, sonríe.



2 comentarios:

  1. La ciudad de arena sonríe pero yo me parto de la risa,me lo he pasado superbién leyéndote,tienes un gran sentido del humor.Muy bueno Tomás,me gusta. Un beso y una hoja de laurel para el guisao.

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  2. La hoja de laurel me la pongo en la oreja.
    Besos.

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Navega si quieres en mi corazón solitario
porque lo dejo a tus abordajes de madrugada
a tus antojos copias y libelos,
garfios y desbroces,
y déjame ofrecerte en esta nada
un error similar al que siempre cometemos:
restos de unos ojos sin paisaje y sin botín,
trasparentes capturas donde anida la anguila
o navegando noctámbula del día y sus abismos
en la siesta de la noche permanente
donde espera la sed que apague las preguntas.